Las cuestiones de la filosofía son cuestiones radicales que van más allá de las soluciones aportadas por las distintas ciencias.
La filosofía no tiene un objeto de estudio único, sino que abarca todos los intereses de la razón humana. Siguiendo a Immanuel Kant podemos hablar de tres grandes preguntas de la filosofía.
¿Qué puedo conocer? Con esta pregunta nos adentramos en el problema del conocimiento y de la realidad: ¿qué es la verdad? ¿de dónde procede el conocimiento que tenemos de la realidad? ¿conocemos la totalidad de la realidad o tenemos un conocimiento limitado de ella?) ¿cómo es la realidad? ¿Es realmente tal y como la conocemos o solo conocemos apariencias que no son realmente reales? De estas cuestiones se ocupan dos ramas de la filosofía: epistemología y ontología, respectivamente.
¿Qué debo hacer? Esta segunda pregunta se trata de responder desde la ética y la filosofía política. La ética reflexiona sobre lo bueno y lo malo, sobre la felicidad y el deber y sobre la posibilidad de justificar las acciones humanas desde un punto de vista moral. La filosofía política estudia la vida de los seres humanos en sociedad, centrándose en las relaciones de poder que se establecen entre los seres humanos.
¿Qué me está permitido esperar? Esta pregunta nos lleva a la reflexión sobre el sentido de la existencia humana, sobre la posibilidad de un más allá o alma inmortal, sobre la esperanza en un Dios o sobre la posibilidad de alcanzar la felicidad. A estas cuestiones trata de responder la metafísica.
En opinión de Kant, estas tres cuestiones se pueden resumir en una sola pregunta: ¿Qué es el hombre? esta es la cuestión fundamental de la antropología.
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